jueves, 28 de junio de 2007

Los niños de azul, las niñas de rosa

Son tantas las tradiciones sociales que siguen vigentes hoy en día que esta costumbre casi pasa desapercibida pero, solo es cuestión de pararte en la alameda de tu pueblo y ponerte a observar. En breves instantes verás a una de esas familias modernas pasear por el parque, a su alrededor solo corretean dos niños, y es que la vida está muy cara, la parejita, el niño y la niña, ese es el sueño de toda pareja. Ves que son normales, que ríen,que regañan a sus niños, que se divierten en familia, cuando.... ¡plam! Te das cuenta que bajo ese caparazón de modernidad: móvil 3G, su niño con una Nintendo DS,.. se esconde una pareja tradicional: el nene de azul y la bebé de rosa, hasta con una felpa a juego. En muchas ocasiones se ha ido hablar de esta costumbres y todos los de mi alrededor están de acuerdo: menuda estupidez, idea que se acrecienta cuando el matrimonio ha metido un gol en propia puerta y en vez de uno vienen dos, tres, o... los que Dios quiera. Son en estas situaciones cuando esta estúpida tradición se acentúa. Volvamos al caso anterior, nuestra pareja moderna por el parque, pero en esta ocasión son tres niñas las que corretean con sus muñecas. Las observas, son unos clones, todas de rosa con el mismo modelito, con el mismo peinado y lo único que las diferencian es el corte del cuello del vestidito, ¡Dios! más originalidad.

Lo que dicen los expertos
Según cuenta el sociólogo inglés Desmond Morris en uno de sus libros, El mono desnudo, el color azul tiene connotaciones protectoras y ahuyentativas de espíritus al relacionarse con el cielo y el mar. Este color se reservaba a los varones porque en esa etapa eran considerados más importantes y vulnerables. En la actualidad, en Oriente Medio muchos árabes pintan las puertas de sus casas de este color para alejar a los espíritus malignos. En cuanto al rosa de las niñas, la tradición viene desde principios del siglo XX. Este color se relacionaba con la Tierra, la salud y la vida, un atributo que solo las chicas pueden dar.

jueves, 21 de junio de 2007

¿Por qué las letras de los teclados tienen esa rara disposición?

Recordáis vuestros primeros pasos, bueno, vuestros primeros tecleos, muy despacios, letra por letra, con la simple ayuda de tu dedo índice, mirando el teclado sin levantar la mirada y es que cualquier despiste podría ser perjudicial para la estética de esa carta de amor que tan feliz y contento escribías en secreto para esa chica del cole que tanto te gustaba. Te peleabas con el teclado por buscar la manera de colocar las tildes, y no quiero decirte por conseguir incluir algún que otro signo que tan herméticamente oculto su creador, y yo me pregunto, ¿con qué fin? Horas y horas para dar con ese arroba, con ese asterisco que envolviera vuestro nombres, minutos y minutos en los que la desesperación se acrecentaba y maldecías la distribución tan peculiar de ese pedazo de metal. Es ese día, cuando reflexionas y te preguntas si es casualidad que su diseñador pensase en jorobarte la vida colocando las teclitas de la manera más complicado que su mente perturbada pudo crear y de esta manera echar abajo tus planes decorativos de esa fabulosa notita.


La desesperación puede llegar a ser extrema


Lo que dicen los expertos
El origen de esa distribución surge a raíz de un inconveniente que le surgió a Christopher Latham con la primera máquina de escribir en 1872. Dicho aparato contaba con una distribución alfabética de las teclas pero al ser estas de tipos, es decir, de martillos con el inverso de las letras grabadas en su cabecera, si se escribían letras cercanas entre sí a gran velocidad, los tipos se trababan. Latham eliminó dicho inconveniente alternando dichas piezas mediante un estudio de frecuencia de aparición de pares de letras. Este nuevo orden recibe el nombre de las seis primeras letras del teclado, QWERTY, y se extendió a las máquinas electrónicas y a los ordenadores.

viernes, 15 de junio de 2007

El comer nos calma

Sí, así es, se acabaron las cantimploras de tila, melisa, o todo tipo de mejunjes de la abuela que nuestra madre nos ofrece cuando nos ven un poquito alterados y es que la solución es darse un buen atracón gastronómico.

Si tienes un examen, no dudes en abrir la nevera y engullir como un energúmeno todos los pasteles que tan ansiosamente tu hermano esconde tras las terribles verduras de tu madre. Pero si la cosa es aún más grave ¡péjate un festín! Coge a tu chorvi y llévatela a cenar al restaurante más caro y lujoso de la ciudad, y lo que es más importante, donde el cocinero sea generoso y llene bien los platos. Para rematar la noche y para que esta cenita especial no acabe con tu cuenta corriente finge que los nervios te han traicionado y... dejaste la cartera en casa. Si nuestra novia es una descarada y acudió a la cita sin blanca, no nos quedará más remedio que quedarnos todo el resto de la velada fregando platos, ¡eso si que relaja a cualquiera!

Lo que dicen los expertos
La explicación es bastante sencilla y atiende a nuestros principios más naturales. El ser humano de pequeño ha encontrado calma en los brazos de su madre durante el amamantamiento y desde niños hemos relacionado la tranquilidad con el comer, de ahí que aún hoy estemos más relajados y calmemos nuestros nervios con el estómago lleno.

domingo, 10 de junio de 2007

Tras un estornudo: "Jesús"

Una expresión bastante antigua y usada tanto por creyentes como ateos hoy en día, una frase que escuchamos entre nuestros abuelos y en algunos casos entre los más jóvenes, una curiosidad que viene a satisfascer nuestro apetito por saber mientras se resuelve la incógnita planteada en la anterior entrada. Dicha expresión proviene de la antigüedad donde las creencias divinas era la base de toda cultura pero, a pesar de ello, ha perdurado a lo largo de la historia. En tiempos pasados se pensaba que las personas poseíamos malos espíritus en nuestro interior y al estornudar se escapaban, el cuerpo los expulsaba, entonces, la gente de su alrededor debía de decir "Jesús" para que el cuerpo quedase en calma

martes, 5 de junio de 2007

¿Por qué cuando estamos nerviosos el comer nos calma?

Estáis al borde de los nervios, no podéis más, los exámenes van a acabar con vosotros. Los nervios te retuercen el estómago, casi te falta la respiración y sientes como el corazón palpita tan fuerte que parece que se va a salir del pecho. Te has tomado varias tilas que de nada han servido, has intentado todos los métodos de relajación posible, y nada, estás que te subes por la paredes. Sin embargo, abres la nevera, te tomas lo que más te apetece y sientes como esa tensión va desapareciendo. ¿No te has preguntado nunca si eso es más que casualidad?¿Existe alguna teoría que explique dicho factor?¿La sabes? Espero tu respuesta, en pocos días daremos la solución.


viernes, 1 de junio de 2007

¿Por qué la voz humana puede quebrar una copa de cristal?






Impresionante, ¿verdad?

Desde muy pequeño me asombraba este experimento que tantas veces he visto por televisión, siempre pensé que todo era un truco para sorprender a los espectadores y es que como espectáculo no tiene nada que envidiar. El don de cantar es un privilegio de pocas personas, lo malo de ello es que muchas creen tenerlo, pero si a eso le sumas la fuerza para romper una copa de cristal, aún son menos, no quiero imaginarme a Ainhoa Arteta en mitad de una boda cantando la marcha nupcial a la llegada de los novios al restaurante, vamos, un amasacre.

Lo que dicen los expertos
Bueno en este caso lo que dice Ismael Madariaga, profesor de música de BilbaoMusik

La principal razón radica en la composición del sonido en ondas. Cuando un objeto vibra, éste emite ondas, sus moléculas se ponen en movimiento y trasmiten éste a las partículas del aire. Cuando otro objeto recibe sonidos empieza a vibrar por la energía del movimiento del aire en su superficie, mientras el sonido se disipa por su interior. La vibración será mayor si comparten el aire y el objeto comparten misma frecuencia, es lo que se conoce como resonancia. Por esta razón, al ser el cristal un material poco flexible cuando recibe una sonido de gran energía puede quebrarse.