lunes, 9 de abril de 2007

¿Por qué se come palomitas en los cines?

Son fieles acompañantes, vayas solo o en pareja, siempre estarán ahí a tu lado en esa sala tan tenebrosa y con una enumeración algo extraña, es cierto, ¿cómo vas a encontrar tu sitio a oscuras y con una clasificación tan “especial”? Al final, acabas sentándote donde te plazca rezando por momentos que no aparezca el dueño de tu sillón.


Y ahí están ellas, tan calientitas con ese olor tan agradable y con ese ruido que tanto molesta al tío melenudo que esta sentado a nuestra derecha y que ya nos ha echado una mirada fulminante, sin contar el momento, en el que las palomitas salen por los aires ante el tremendo susto, ahí ya comenzamos a temer por nuestra vida. Es en esos momentos cuando le echas el brazo por encima a tu chica buscando refugio, ese es el motivo real de esa actitud tan repetida en los cines, buscamos abrigo no ligarnos a la tía,.. bueno seamos sinceros,.... si de camino conseguimos algo más que protección, mucho mejor. Pero en el peor de los casos, intentas pasar el brazo por encima de los hombros de tu acompañante cuando te das cuenta que has ido solo al cine. Ahí estás, solo ante el peligro, indefenso y es cuando de verdad piensas “¿Quién fue el gracioso que puso de moda comer palomitas en el cine?”



Lo que dicen los expertos

Todo comienza en el siglo XIX cuando este delicioso aperitivo llegó a América caracterizado por ser barato y divertido por su peculiar preparación. Pronto comenzaron a venderse en los estadios o durante las pelas de boxeo en las calles, las palomitas comenzaron a convertirse en un elemento más del ocio. Con la llegada de los cines, la gente acudía a las salas acompañadas de sus paquetes de palomitas, hecho que molestaba a los dueños porque ensuciaban las habitaciones. Si no puedes con el enemigo únete a él. Y así fue, los propietarios vieron en ellas un nuevo negocio por explotar y comenzaron a venderlas en las entradas a los cines.

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